Las reglas se hicieron para romperse...(Mi alumna Elle).

Y la reprimenda le había llegado, además de amenazarla que si había otra pelea en donde ella estuviera metida, sería expulsada. Emmanuelle sólo apretó los dientes y miraba con total desprecio al director, para ella, ese sujeto estaba avalando las palabras desagradables contra los que eran diferentes, y permitía que los ofendieran. Claro sentado ahí, en su sillón de cuero, siendo pagado por los padres de los jóvenes más adinerados de la ciudad, era mucho más cómodo que hacerles frente. Apenas habló, apretaba los dientes y los puños, pero no podía hacer nada, expulsarla de la escuela no era una buena opción, porque sino tendría que ir a algún reformatorio, por lo menos así la amenazó su abuelo, que era el que pagaba la colegiatura.

Se dio media vuelta y salió por el pasillo, llena de dignidad y de ese aire arrogante que a tantos molestaba. Sin embargo a medida que se alejaba de las personas, no aguanto más, y dejó caer una lágrima de sus ojos verdes. Estaba demasiado alterada, pero si tuviera que pegarle nuevamente a esa chiquilla lo haría, lástima que esta vez, le pegó a quien no debía...

Ya de noche, y luego de haberse perdido toda la tarde en la azotea de la escuela, lugar en donde estaba su refugio, bajó de aquel lugar y se deslizó igual que una sombra por los pasillos de la escuela. Se sentía apesadumbrada, su natural optimismo, y que mostraba con todos, había desparecido de su rostro. Le pesaba no tener una madre, le pasaba no ser más femenina, le pesaba no poder defender mejor a sus padres, le pesaba estar en esa escuela.

Tocó a una puerta, nuevamente se había escabullido a esa habitación, Dante no la esperaba, pero se llevaría una agradable sorpresa, por lo menos así pensó. cuando abrió la puerta, ella se metió a la habitación, si era descubierta ahí, los metería a los dos en un gran problema. Se apoyó en la puerta, cerrándola, y observó la cara de sorpresa de su profesor y consejero.

- Hola... ¿sorpresa? - le dice riéndose y mordiéndose la punta de su lengua, traía el labio aún lastimado por la pelea. - supongo que ya sabe que me han dado carta de amolestación...- se encogió de hombros. Hacia mucho tiempo no había necesitado un abrazo, y ahora lo hacía, pero no sabía como pedirlo. Cosas de una persona que no expresa mucho sus sentimientos y ante todos , se hace la fuerte.

Me resfregue los ojos para poder ver mejor, tal vez el alcohol me estaba haciendo efecto a estar horas de la noche, como no reconocerla ? me dije a mi mismo mirandola con una sonrisa aunque algo sorprendido, no esperaba encontrarme con un alumno por aqui..y menos a estas horas, ya era muy tarde y debian de estar todos en sus camas durmiendo, ya que mañana seria un largo dia, pero por lo visto no todos seguian las reglas en esta Academia. Había conocido a Emmanuelle en otra Institució hace tiempo, ahora me la había vuelto a encontrar en este colegio, algo que no esperaba, ella estaba muy cambiada, se veia realmente diferente, era más hermosa de lo que recordaba y estaba hecha toda una mujer- si, sorpresa...-conteste mirandola a los ojos para luego sonreirle al ver su sonrisa- una agradable sorpresa, como es eso ? -pregunté con desconcierto al escuchar lo que me habia dicho, al parecer Elle ya no era aquella chica buena que alguna vez conoci, pero los conclictos dentro de esta Institución parecia algo normal, y aún más teniendo en cuenta que esto era un internado, no era facil sobrevivir aqui.

- no sabía, será mejor que pase y me cuentes...-le dije invitandola a que entrara, no era bueno que nadie nos viera por aqui juntos, una vez que paso adentro miré a ambos lados del corredor para asegurarme de que nadie nos allá visto y luego cerre despacio la puerta. La observe bien y sabia que algo andaba mal, se veia triste, podia verlo en sus ojos, luego miré sus labios, parecia estar lastimada, me acerce a ella y puse un dedo en sus labios- que te sucedio ? -pregunté mirandola a los ojos para luego darle un abrazo.

Una vez adentro, Emmanuelle no mostró ninguna señal de nerviosismo o incomodidad, como si el estar en la habitación de un profesor fuera lo más normal del mundo. Lo que si la puso nerviosa fue cuando él colocó su dedo sobre sus labios, la joven tendió a fruncir los labios, como si fuera a besar su labio inferior. Los sentimientos por su profesor saltaron a la luz de improviso y tan fuerte como hacia unos años atrás, cuando llegó a declararse perdidamente enamorada de él, lo cual era escabrosamente divertido, porque era algo que nunca asumiría sin embargo, no era menos cierto que Dante catalogaba como su primer y más grande amor, incluso más que su amigo Peter. Ahora, su corazón acelerado y sus mejillas sonrojadas por el abrazo que le daban, envolviéndola con tanta fuerza que le hace olvidar su rabia, aunque no podía decir que estaba enamorada de él, ya no era tan niña para confundir una atracción por amor. Se separó de un poco de el, lo cual pasó luego de varios minutos, si iban a hablar, necesitaba distancia. Sonrió, apenas, y sus ojos no perdieron detalle de los ojos de su profesor, sabiendo que instantes después estaría lejos de él, por opción propia.

Buscó la silla del escritorio en donde se sentó, ya había calmado las ganas de recibir un abrazo, ya no la acosaba esa necesidad gracias a Dante que ignoraba claro, lo que había hecho por él. Sentada en ese lugar, con la rodillas juntas y los pies separados, sonrió a su profesor. Si desde hace tiempo no se veían, pero ella apenas supo que él estaba en el instituto, buscó la forma de saber en donde estaba.

En la otra escuela, en primaria, él había sido su guía, una especie de consejero académico, ya en ese tiempo se veía el carácter de la joven, pero no rayaba en lo rebelde que ahora era, con esos serios problemas con la autoridad y las reglas, y sobre todo, la mala relación que tenía con muchos personas de la escuela. Una muy mala fama se había hecho, de conflictiva, peleonera, y que había desencadenado en que siempre estuviera sola, además de que muchos comentaran cosas sobre ella, sobre todo que le gustaban las chicas. Algo que no le causaba gracia a Emmanuelle porque generalmente molestaban con eso a sus padres. La joven si tenía muchos problemas, pero de contra partida, sus acciones fuera de la escuela y el trabajo comunitario contrarestaba con esa imagen de chica ruda y alternativa.

- unas chicas comenzaron a decir que las estaba mirando en los camarines... y las ignoré hasta que me dijeron que seguramente era tan desviada como lo eran mis padres... ahí molesté demasiado y las golpee a las dos, estoy cansada de que existan esos prejuicios... y ese tratamiento, profesor, además, si lo fuera ¿que importa? - se encogió de hombros y frunció los labios, lo que le produjo algo de dolor - aush... eso me dolió... - se encogió de hombros, y pasó sus dedos por sus labios, repasando el lugar en donde él había tocado instantes antes - bueno.. no digo que lo sea... pero aún así, hay muchos en la escuela que si lo son... pero son tratados mal, así como otros compañeros, a los que llaman Nerds... me da mucha rabia todo eso, toda esa discriminación por parte de quienes se creen demasiado importantes... - Emmanuelle pensaba que ella sería tratada de la misma manera si no fuera así, como rara, pero de las que daban miedo. Miró con ojitos iluminados a su profesor, esperando que le ayudara con sus pensamientos.

- el asunto es que esas chicas me acusaron con el director, y él me dijo que si volvía a estar implicada en alguna pelea, me iba a expulsar, aunque tuviera buenas calificaciones, porque daba muchos problemas... mientras que esas "niñitas", se seguirán riendo de los demás, humillándolos... no puedo quedarme de brazos cruzados, pero tampoco puedo dejar que me expulsen..-si que estaba metida en lios, pensó de pronto, entre el deber ser y lo que más le convenía.